Sembrando Vida: construyendo conocimiento sobre el sotol y la lechuguilla desde las políticas públicas

  Por Faridy Bujaidar

Durante mi trabajo de campo  realizado desde septiembre de 2021 a enero de 2023, visité cinco viveros comunitarios del programa federal Sembrando Vida: uno ubicado en El Majoy, localidad del de Chínipas, y cuatro más en Batopilas, dos ubicados en la cabecera municipal, uno ubicado en Los Pinos y otro más en Piedra Redonda. En estos viveros había cultivos diversos como pinos, chiltepín, cilantro, jamaica, cebolla, duraznos, chabacanos, manzanos. Llamaron mi atención las plantas de sotol y lechuguilla en los viveros: “es por el negocio”, me dijo uno de los técnicos cuando le pregunté por los numerosos sotoles que había en Batopilas. Según el testimonio de una de las técnicas del programa, además del auge comercial del sotol, el bajo requerimiento de agua de esta planta comparado con los cultivos frutales fue un factor determinante que influyó en su elección como cultivo eje en varios viveros, pese a la nula información en el estado sobre el cultivo de sotol en los climas serranos.

Sembrando Vida es uno de los programas federales más importantes de la 4T[1] en relación con los ejercicios fiscales del sexenio implementado por la Secretaría del Bienestar[2]. Surge como uno de los “Principales Programas del Ramo 20 Bienestar” con el propósito de promover el desarrollo rural a partir de la generación de empleos en poblaciones campesinas de México y contribuir a mejorar las condiciones de vida de los sujetos agrarios (en los ejidos y comunidades) que se encuentren en mayor situación de pobreza, para impulsar el fortalecimiento de la participación social, la inclusión productiva y el desarrollo comunitario a través del establecimiento de sistemas de producción agroforestales.

Fotografía 1. Vivero de Sembrando Vida en El Majoy, localidad de Chínipas. Autoría: F. Bujaidar.

Los lineamientos de este programa se justifican bajo la premisa de que “no se han establecido programas institucionales que logren aumentar el nivel de bienestar de los hogares rurales y satisfacer sus necesidades básicas de alimentación, a través de la autoproducción de alimentos, la comercialización de excedentes y la generación de empleo”. Los lineamientos sugieren que las zonas con mayores índices de pobreza y rezago social, también son las zonas más ricas en biodiversidad y con alto potencial agroalimentario (Secretaría del Bienestar Viernes 31 de diciembre de 2021).

En el estado de Chihuahua, la encargada de dirigir este programa es la Dra. Teresita Ruíz Anchondo, fui a entrevistarla el 1 de marzo de 2022 para saber un poco más sobre la operatividad del programa en el estado. La Dra. Ruiz eingeniera química de formación, cuenta con una maestría en productividad frutícola con especialidad en frutas de clima templado y con un doctorado en química por el Centro de Investigación de Materiales Avanzados y también es madre de familia.  Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (nivel 1) y del Consejo Certificador del Sotol.

Fotografía 2. Dra. Teresita Ruíz Anchondo. Autoría: F. Bujaidar.

El programa está dirigido a personas que viven en localidades marginadas cuyos ingresos están por debajo de la línea de “bienestar rural” que fija el Consejo Nacional de Evaluación de la Política del Desarrollo Social (CONEVAL). En el estado de Chihuahua el programa se encuentra operando en 19 municipios de la Sierra Tarahumara a través de 817 viveros que son operados por 20 mil sembradores, cada uno de ellos cuenta con una parcela de 2.5 hectáreas. El programa se coordina por equipos técnicos productivos y sociales; se tienen 20 equipos, 200 técnicos (100 sociales y 100 productivos) que atienden a 200 sembradores que están agrupados en comunidades que se integran en promedio por 25 sembradores (T. Ruíz Anchondo, pers. comm.)

Fotografía 3. Vivero en El Majoy, Chínipas. Autoría: F: Bujaidar.

Según la Dra. Ruiz, “no hay ninguna especie introducida” y se están haciendo experimentos o “ensayos de haber qué funciona y qué no”, sino que solamente se hacen cultivos sobre lo que los sembradores conocen y dominan, como el maíz, y el frijol, cubriendo el 70 por ciento del territorio en los templados y 30 por ciento en cálidos (T. Ruíz Anchondo, pers. comm.). Pero frente a esta afirmación, la operatividad de este programa enfrenta diferentes problemáticas por la escaza información académica sobre algunas especies que históricamente han sido aprovechadas de forma silvestre en la región, como lo son el sotol y la lechuguilla.

En relación con el sotol, la Dra. Ruiz Anchondo, dijo tener 15 años trabajando con este recurso, del cual hay información sobre sus usos (para la elaboración de wares, artesanías, flores ceremoniales y sombreros), también expresó que esta planta cuenta ya con una clasificación muy definida y mucha información institucional para su manejo.

está regulado por la SEMARNAT, etcétera, está todo muy regulado, las poblaciones de sotol antes que la recolectaban de 20, 15 años las plantas si, ahora ya lo tienen en cultivo ya se reduce mucho el tiempo de crecimiento para las piñas, y pos va creciendo, va creciendo la industria o sea y van innovando, mira esa botella que está detrás de ti rosa es de Madera, es sotol con rosas sí (T. Ruíz Anchondo, pers. comm.).

Según sus expectativas sobre la siembra del sotol y la lechuguilla, es poder explotar las plantas a partir del quinto año, por lo que actualmente lo que se pretende es dejar las parcelas organizadas con forestales maderables y no maderables, frutales y agroindustriales donde por cada unidad de producción (2.5 hectáreas) cuente con 2, 200 plantas (900 por hectárea). Las expectativas de la Dra. sobre los viveros es generar una propuesta por territorio donde haya un “proyecto escuela” que transite a los beneficiaros hacia la transformación de un cultivo eje.

Fotografía 4. Sotol en el vivero de Sembrando Vida en Batopilas. Autoría: F. Bujaidar.

Pero la operatividad del programa en campo dice otra cosa. La presión política ejercida “desde arriba” para dar resultados llevó a algunos técnicos a comprar semilla de sotol proveniente de otros lugares para eficientar los resultados, sin embargo, muchos de estos cultivos no sobrevivieron. La introducción de especies de sotol no locales, puede tener un impacto ecológico positivo o negativo, es difícil saberlo porque no hay experimentación en la cruza de especies de los sotoles de la región árida con los de la sierra: podría conllevar modificaciones morfológicas en las plantas que dificulten su utilización o lo favorezcan, podría también debilitar a las plantas genéticamente o fortalecerlas[3] (M. Olivas García, pers. comm.).

Otra problemática referente a estos cultivos, es que la producción de lechuguilla en la sierra de Chihuahua, a diferencia de otras producciones de mezcal en el país, se ha producido a pequeñas escalas y circulado en el mercado de manera informal, cuyas producciones suelen ser por temporales; mientras que la producción de sotol se ha hecho sobre todo en las planicies áridas, donde Temósachi, Madera, Moris, Ocampo y Uruachi con cerca de cinco mil sembradores, tienen el cultivo de sotol como base (T. Ruíz Anchondo, pers. comm.)Frente a esta situación, el equipo de Sembrado Vida en el estado dirigido por la Dra. Ruiz Anchondo está construyendo conocimiento sobre los agaves:

Si, yo la estoy haciendo de esa manera porque no hay documentado ¿por qué no hay documentado? Pues porque a nadie le importa la gente allá, has de cuenta que tristemente todos los programas y políticas públicas estaban dirigidos a la parte comercial, la agricultura comercial, el agua para los agricultores grandes, todo, todo, todas las políticas públicas (T. Ruíz Anchondo, pers. comm.).

En esta labor de construcción de conocimiento, el equipo de Sembrando Vida está realizando una categorización empírica sobre los agaves utilizados para la elaboración de lechuguilla. Para esto, los técnicos fotografían los agaves y utilizan una aplicación que les da el nombre científico de la planta y relacionan este dato con el entorno geográfico donde crecen:

los agaves que son de la selva baja caducifolia o el bosque templado caducifolio o el bosque seco que le llaman, pues son los barrancos, de ahí tenemos un tipo de agave; que en general son 4 tipos de agave los que tenemos nosotros. El de los climas cálidos se llama el angustifolia… el cupreata es la lechuguilla, que también está como cálido y también tenemos el duranguensis, que es del templado frío el que le llaman el cenizo, o el potatorum perdón que es el de templado más frio (T. Ruíz Anchondo, pers. comm.).

Aunque sin duda, esta construcción de conocimiento es ya un ejercicio valioso, la comprensión y el manejo de los sistemas agroforestales implican una ardua labor debido a la complejidad y diversidad de paradigmas sociales. Para una operatividad exitosa que preserve la biodiversidad, los conocimientos locales y se dirija hacia las producciones sustentables es necesario un trabajo multidisciplinario y reflexivo 

Tan solo la identificación botánica de los agaves (la identificación botánica sirve para poder relacionar a las plantas con los conocimientos científicos que hay sobre ellas y así poder eficientar cultivos y manejos) es una labor que requiere de un estudio sistemático que implica mandar muestras a laboratorio para ser observadas por un especialista en agaves; y aún así, la construcción del conocimiento sobre estas plantas puede construirse desde paradigmas de otras disciplinas y saberes comunitarios. 

Tan solo en Batopilas y en Chínipas las variedades de agave son diferentes (A. Shrevei aff.; A. Maximiliana aff.; A. Filifera subs. multifilifera aff., A. Angustifolia aff. A. Bovicornuta aff.) y se requiere de un estudio sistemático hecho por especialistas para su identificación: no basta la bibliografía ni el uso de aplicaciones de celular para identificar estas plantas. Tampoco hay un estudio desde las ciencias sociales que recupere de manera sistemática los conocimientos empíricos de las personas que usan estas plantas en cada región.

Fotografía 5. Siembra de lechuguilla en el vivero en El Majoy, Chínipas. Autoría: F. Bujaidar.

La Dra. Ruiz Anchondo planea que para 2023 se organicen y construyan los grupos que van a transitar “tal vez” en una cooperativa: “el programa es un poema”, dijo, aunque “faltan científicos e investigadores en campo” que faciliten la resolución de problemas. A partir de esta experiencia como servidora pública ha observado la importancia de la participación de antropólogos y sociólogos en el diseño de estrategias para la implementación de estas políticas públicas.

estoy bien contenta porque todos los días construimos conocimiento, todos los días se construye, y ahí mismo en la biofábrica; en el vivero ya sabemos las formulaciones, tomamos materiales de los sitios para poderlos transformar en fertilizantes, plaguicidas, fungicidas, de todo este locales agroecológicos y ellos ya lo saben, o sea ¡ellos ya lo saben! Entonces lo único que estamos implementando con ellos que no sabían y que ni muchos técnicos sabían tampoco es el viverismo, entonces el construir un vivero, trabajar en vivero todo lo que van hacer es todo un reto (T. Ruíz Anchondo, pers. comm.).

Fotografía 5. Becarios del programa alistando tierra para el cultivo en Batopilas. Autoría: F. Bujaidar.

De mis pláticas informales con distintos becarios del programa, percibí un gran optimismo hacia el futuro del programa, pese a las tensiones generadas por las responsabilidades de cada uno en cada actividad y siempre nació de ellos darme un recorrido por los viveros para mostrarme sus cultivos. Sin embargo, también escuché inconformidades por parte de algunos por haber sido utilizados con propósitos proselitistas, trasladándolos con información engañosa a las concentraciones políticas del presidente hasta la ciudad de México, afectándolos económicamente. 

Sembrando Vida constituye un programa de gran importancia para el desarrollo de regiones históricamente marginadas como la Baja Tarahumara, sin embargo, el escaso conocimiento científico, las presiones políticas por mostrar resultados y el proselitismo político juegan en contra de su operatividad.

 

Referencias

Olivas García, Miguel. 25 de febrero de 2022. Personal, 25 de febrero de 2022.

Ruíz Anchondo, Teresita. 1 de marzo de 2022. Personal, 1 de marzo de 2022.

Secretaría del Bienestar. Viernes 31 de diciembre de 2021. “ACUERDO por el que se emiten los Lineamientos de Operación del Programa Sembrando Vida.” Comunicado de prensa. Viernes 31 de diciembre de 2021. https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5639899&fecha=31/12/2021#gsc.tab=0.

 



[1] Abreviación de “La Cuarta Transformación”, slogan de la administración federal en turno encabezada por el presidente de México Andrés Manuel López Obrador.

[2] Tiene las atribuciones de “fortalecer el bienestar, el desarrollo, la inclusión y la cohesión social en el país mediante la instrumentación, coordinación, supervisión y seguimiento, en términos de ley y con los organismos respectivos, de las políticas de combate efectivo a la pobreza” (Secretaría del Bienestar Viernes 31 de diciembre de 2021).

[3] En febrero de 2022 Cristina Ruelas y yo realizamos una entrevista al Dr. Olivas, agrónomo especialista en sotol. Para saber más visitar: http://bocanadasdelnorte.blogspot.com/2021/10/lasredes-del-sotol.html

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