El sotol, un espíritu que nunca debe de traicionarse
Por David Lauer
Este texto se publicó originalmente en el Blog de Dark
Mountain en febrero de 2025 (https://dark-mountain.net/a-spirit-never-to-betray/)
y está dirigido a personas con pocos conocimientos de la planta de sotol. Hay
una primera parte introductoria que habla en términos generales de la historia
de las bebidas espirituosas y del proceso para elaborar el sotol con el fin de
dar un contexto para la argumentación final. El texto y las fotografías de
este artículo están protegidas bajo la Ley de Derechos de Autor de la República
Mexicana. Si Ud. desea utilizar alguna
de estas imágenes, o si tiene algún comentario, comuníquese con su autor, por
favor: david.lauer7@gmail.com. Si desea usar
parte del texto con fines educativos, puede hacerlo citando la fuente. Muchas gracias.
Hojas de sotol y el Cielo sobre la Sierra el Morrión, 2009. D.R. David Lauer.
Antes que existiera la palabra escrita, el sotol esparcía
su semilla por los vastos confines de Aridoamérica, donde interminables
horizontes se estiran hacia el cielo, donde las plantas se aferran al suelo que
las nutre y a las piedras que las albergan del viento y del sol. Los nómadas
aprendieron a valorarlas y crearon formas de aprovecharlas para su
subsistencia. Supieron que el bastión simétrico de púas protegía un corazón
húmedo dulce y pulposo que podía cosecharse, cocinarse y comerse, o bien ser
molido en metates tallados en las rocas del desierto para hacer harina que los
acompañaba en sus indecibles odiseas hacia el fin de la Tierra.
Metate nómada para moler granos en Las
Hormigas, Mpo. de Aldama, 2020. D.R. David Lauer.
Los nómadas se habrían dado cuenta como se endulzaba con
la llegada del frío, cuando la planta se preparaba para días más cortos y más
fríos almacenando mucho de la glucosa en las hojas más cercanas al suelo en el
tejido denso y sobrepuesto de la cabeza.
Más tarde, usaban las hojas para la cestería y para ofrendas religiosas,
una práctica que sigue existiendo y habla de la importancia cultural del
sotol. Además, los pueblos originarios
valoraban el fuerte quiote y las hojas fibrosas para realizar amarres, hacer
guaraches o tejer canastas resistentes, conocidas hoy como wali. Sin duda, alguien habría notado los
placenteros efectos de la fermentación, que se volvieron mucho más potentes con
la introducción de la destilación que llegó con los europeos en el S. XVII. Así como ocurrió en todas las Américas, el
licor se convirtió en un arma importante del arsenal europeo para aniquilar y
someter a las poblaciones nativas que desconocían el alcohol tan potente.
Elaboración de arcos con pino y sotol
para la Semana Santa, Comunidad de Mogótavo, 2011. D.R. David Lauer.
Corona de sotol tejida por Nazareno, Comunidad de Mogótavo, 2011. D.R. David Lauer.
Alguna vez, México fue sinónimo de Tequila que hoy por hoy ha cedido a la euforia del mezcal. Ahora, la introducción del sotol de Chihuahua, Coahuila y Durango para el mercado globalizado se está proclamando como la ruta hacia la prosperidad para los maestros sotoleros, cuyas familias han estado produciendo la bebida espirituosa para el consumo local durante muchas generaciones en las regiones más aisladas del norte del país. La infraestructura actual, la ambición de los mercaderes y los acuerdos de libre comercio han hecho posible este sueño, pero ¿cuáles son las implicaciones para la planta, la tierra, la gente y la bebida misma?
Mula cargada con sotol sostenida por Salvador Derma, Ejido
Chorreras 2025. D.R. David Lauer.
Antes de entrar de lleno en el tema del sotol, --que en
realidad no es un agave--, echar un vistazo a los caminos trazados por el
tequila y el mezcal pueden ayudar a aclarar algunas de las complejidades que
enfrentan a los sotoleros en la actualidad, además de aportar posibles
soluciones a algunos de esos retos.
Sotol, y sus primos lechuguilla y bacanora, llegaron
tarde a la fiesta de las bebidas espirituosas mexicanas, que es sencillamente
otra manera de decir que hasta ahora lo habían ignorado o subvalorado quienes
pretenden mercantilizarlo. Sotol, mezcal
y tequila gozan de la protección de la denominación de origen, aunque la
ambición ha dado lugar a desacuerdos sobre el sotol, porque algunas de las 22
especies de Dasilyrion spp. crecen en ambos lados de la frontera México/Estados
Unidos.
Preparación del horno para “tatemar” el
sotol en Aldama, 2021. D.R. David Lauer.
Colocando el sotol para su cocción en el Rancho de D. Lalo Arieta, Aldama 2021. D.R. David Lauer.
Ya que mezcal, lechuguilla, bacanora y sotol casi siempre
provienen de plantas silvestres que tardan años en crecer y madurar, sus
sabores, maneras de elaborarse, efectos, así como los impactos ambientales
relacionados con su extracción y procesamiento son muy diferentes a las bebidas
espirituosas derivadas de granos como el whiskey, el bourbon, o de la papa en
el caso del vodka o la caña en el caso del ron.
Estas bebidas vienen de plantas de un ciclo agrícola anual que, además,
son parte de la dieta cotidiana del ser humano.
El ancestro pre-colombino de todos los destilados de
agave es el pulque, una bebida de poca fermentación (4-6%) derivado del maguey
que aporta importantes beneficios a la salud gracias al proceso de
fermentación. La destilación aumenta
dramáticamente la potencia del alcohol, pero también elimina los beneficios
nutricionales asociados a la fermentación.
Siempre considerado vulgar por ser una bebida de los indígenas y del
populacho, la textura viscosa y el sabor levemente amargo del pulque se sigue
disfrutando en algunos lugares de México. En un principio, tequila, su hermana
destilada, se hacía de diferentes agaves y las distintas técnicas y formulas de
cada productor producían y amplio espectro de cualidades y sabores. Cuando Cenobio Sauza descubrió que el agave
azul rendía hasta ocho veces más que las otras variedades, la gente de Tequila,
Jalisco empezó a sembrar exclusivamente esa variedad. Al crecer la industria, también aumentó el
cultivo del agave azul hasta llegar a los paisajes de monocultivo que se ve
ahora en la serranía y los llanos de Jalisco.
Huelga decir que se ha regimentado el espectro de sabor del tequila,
junto con el sabor que delata el alcohol industrializado y los aditivos que
acompañan la producción masiva, lo que los maestros viejos denominan sotol
“bautizado”.
Cocimiento del sotol fermentado para iniciar
la destilación en Aldama, 2021. D.R.
David Lauer.
El primero licor mexicano a globalizarse, el tequila es
en realidad una forma de mezcal, pero hay diferencias. El tequila se deriva exclusivamente del agave
azul, mientras hasta 30 de las 125 especies del agave que se conocen en México
se utilizan para elaborar diferentes tipos de mezcal. Tobalá, Espadín, Tepextate, Arroqueño,
Mexicano, Minero, Tobaziche, Cuixe son algunos de las variedades más conocidas
de mezcal, provenientes cada uno de una planta del mismo nombre. Los grados de alcohol del tequila suele ser
bastante uniforme, ya que se produce para un gran mercado y suele ser menor que
el mezcal artesanal que normalmente va del 48 al 53%. El mezcal sigue siendo una expresión de
costumbres locales, lo que da lugar al amplio y profundo abanico de sabores,
así como a la necesidad de cuidar la biodiversidad para que existan y
fructifiquen diferentes plantas. Ahora,
la producción para el gran mercado está erosionando las tradiciones locales
porque enormes destilerías compran toda la producción artesanal para hacer sus
propias mezclas que suelen incluir otros alcoholes y aditivos lo cual va mermando
la pureza, las sutiles diferencias de sabor y la diversidad que distinguen el
paisaje mezcalero.
El sotol de la mula al remolque en
Ejido Chorreras, 2025. D.R. David Lauer.
Al tratarse de bebidas espirituosas, la pureza es de gran
importancia. En términos generales, la
producción masiva conduce a la adulteración porque la industrialización
sacrifica el arte por la eficiencia, la diversidad por la uniformidad, calidad
por cantidad y encarga a los mercadotecnólogos la creación de narrativas e
imágenes que aumentarán las ventas.
Siendo el primer licor de agave a entrar en el mercado global, la ruta del
tequila ha señalado caminos para el mezcal y para el sotol. El mezcal está luchando para seguir
produciendo bebidas artesanales y se ha extendido a otros estados donde el
mezcal no se destilaba tradicionalmente, y el sotol está apenas en la primera
etapa de la globalización.
Hay pocas mujeres que producen sotol por lo que los
maestros tradicionales suelen ser hombres sencillos que aprendieron el oficio
de sus antepasados. Algunos entraron en
la familia sotolera mediante el matrimonio y otros pasaron su juventud como
aprendices de algún maestro. Muchos
heredaron tierras, pertenecen a una comunidad rural donde la planta crece, o
bien piden permiso a cosechar en tierras de otros. De esta manera, la destilación del sotol
artesanal es un oficio empírico vinculado con la tierra que depende de la
transmisión directa de los conocimientos necesarios y el cultivo de los
sentidos que producirán un producto superior y sostenible.
El Sotol como un sol que sale de la
tierra. D.R. David Lauer.
Aunque la destilación industrial actualmente se ejerce
todo el año, la cosecha tradicional se realiza en los meses de invierno porque
los lapsos prolongados de frío le indican a la planta a retirar los azucares de
las hojas y concentrarlos en la cabeza donde permanecen hasta la
primavera. Una planta requiere entre
diez y trece años para ser candidato de cosecha, aunque hay plantas que pueden
contar con 50 años. El cambio climático ha hecho estragos del proceso porque
los inviernos ya no cuentan con los días frías suficientes para permitir una
buena cosecha, y las plantas ya no concentran tanto azúcar en las cabezas.
Además, la falta de lluvia ha afectado la salud de las plantas y su capacidad
de hacer fotosíntesis. A finales del siglo pasado, ocho cabezas bastaban para
producir un litro de sotol. Hoy se
necesitan entre 12 y 15 cabezas. El
jimador experimentado sabe cuáles plantas tumbar y cuáles deberían seguir su
proceso de maduración. Jimar es mucho
más que simplemente tumbar la planta más grande, es comprender la relación
entre la planta y su entorno y cómo tumbar una u otra va a afectar el
crecimiento de las plantas más jóvenes que se encuentran cerca. Este conocimiento sutil y empírico marca la
diferencia entre una cosecha sostenible y una extracción brutal que culminará
en la muerte de ese ecosistema.
Paisaje con encinos, mesquite, nopales
y sotol, Mpo. de Madera, 2019. D.R. David Lauer.
Luego, las cabezas tendrán que trasladarse a la vinata
donde se cocinarán, se molerán y el sotol se destilará. Ya que los caballos casi no sirven en estos
terrenos escarpados y accidentados, burros y mulas con grandes canastas
transportan las cabezas a un punto de colecta para luego llevarlas en camión a
la vinata. Ahí, las cabezas se tuestan debajo de la tierra en un hoyo redondo
encima de piedras volcánicas calentadas por leña cubiertas meticulosamente por
capas de diferentes materiales diseñadas a retener la humedad y calor
necesarios para cocinarlas correctamente. Al sotol artesanal (y al mezcal) este
procedimiento le da sus distintivas notas ahumadas y sabor a tierra que no
pueden lograrse en los hornos industriales de gas.
Plantas de sotol listas para hornearse
en la vinata de D. Bienvenido Fernández, Madera 2021. D.R. David Lauer.
Luego de hornear, las cabezas se muelen en máquinas o se pican con machetes
y luego se colocan en tinas de madera o acero inoxidable al aire libre donde se
fermentan entre tres o cinco días, dependiendo del clima. Una vez logrado el nivel de fermentación
deseado, comienzan a destilar. Los
maestros saben cuando ya se acabó el alcohol etílico y es momento de juntar el
sotol por el olor del líquido que cae a gotas del tubo de cobre. Lo primero que sale, las puntas, tienen un
elevado contenido alcohólico y lo último que sale son las colas, responsables
de la cruda del día después. Casi todo el sotol lleva doble destilación, lo que
permite que el maestro aproveche al máximo la planta, ya que hace mezclas
equilibradas utilizando las puntas y colas de ambas destilaciones. Sotol de
menor calidad consiste en mucha cola y da una cruda espantosa, pero los
expertos saben hacer mezclas de manera que el contenido de alcohol es
suficientemente elevado para minimizar la resaca. Hoy, mucho se hace con
diferentes mediciones, pero para lograr sus mezclas un maestro talentoso usa
algo que existía antes de la tecnología: el conocimiento empírico, la intuición
y los sentidos del olfato, del sabor y de la vista.
Se utilizan cuernos de toro para averiguar el grado de
alcohol de la tanda. Se llena el cuerno
y observa las burbujas o “perlas” que se aferran a la pared del cuerno. Su tamaño, número y permanencia indican que
tan fuerte va la mezcla. Cuando se
sacude las botellas de sotol industrializado, se ven muchas burbujas pequeñas
que suben a la superficie y pocas se quedan pegadas a la pared de la
botella. Las perlas de sotol artesanal
son grandes y duran bastante antes de disiparse, indicando que el grado de alcohol
es bastante alto: probablemente una buena mezcla de más puntas que colas que
promete una experiencia más placentera.
Perlas del sotol en cuernito de toro.
Potrero del Llano, 2022. D.R. David Lauer.
Hasta ahora, el sotol y su primo hermano, la lechuguilla,
ha sido estigmatizado como un licor matarratas de los pobres. Pero, durante la Prohibición en Estados
Unidos, la planta de sotol casi desapareció por completo en los municipios
fronterizos para saciar la adicción estadounidense al alcohol, y las campañas
en contra del azote del alcohol, obligó a los productores al clandestinaje
aunque muy poco cambió en las comunidades más aisladas donde había formado
parte de la cultura por mucho tiempo. En los años noventa del siglo pasado,
campañas de mercadotecnia lanzaron el sotol como “el otro tequila”, lo añejaron
en barricas de roble que se habían utilizado para el brandy y lo embotellaron
elegantemente en un intento de “dignificar” la bebida y tomar distancia de su
legado clandestino. Cuando el mezcal
artesanal se puso de moda en la Ciudad de México y llamó la atención a
inversionistas de mucho billete, la gente empezó a ver al sotol con otros ojos. En Chihuahua eventos regionales de
gastronomía solían destacar a algunos productores de sotol, dándoles la
oportunidad de conectarse con posibles inversionistas. Los mismos eventos
re-educaron los paladares urbanos y una nueva generación adoptó la bebida.
Algunos de estos jóvenes, educados en el lenguaje de las economías
globalizadas y en la ciber mercadotecnia consideran que el sotol es su camino a
la prosperidad. Buscaron inversionistas
y, ya que ellos mismos saben muy poco o casi nada sobre la planta y el proceso,
cortejaron a los maestros con promesas de prosperidad. Algunos se han adueñado burdamente de su
conocimiento para desplazarlos y paulatinamente tomar control de la operación,
mientras que otros han hecho sus propias mezclas al aprender como combinar
lotes que ellos compran de distintas regiones y productores. Los más escrupulosos dan atribución a los
maestros, cosa que da un valor agregado a su producto. Aveces los maestros puedan producir cierta
cantidad bajo contrato como una manera de garantizar la venta de parte de su
producción y, de esa manera, seguir trabajando.
Así es como gente adinerada que no sabe nada del sotol puede crear su
propia marca y productores más grandes pueden aprovecharse de los permisos de
cosecha de otras personas.
Detalle del sotol desprendido, 2025. D.R.
David Lauer.
Con el apoyo de la segunda empresa mundial en vinos y bebidas espirituosas,
la empresa francesa multi millonario, Pernod Ricard, creó la marca Noche Luna
promocionada por la gran estrella de rock, Lenny Kravitz y presuntamente
producida por un gran maestro de cuarta generación, Don Lalo Arieta en Aldama,
Chihuahua. Esta alianza ha generado una gran euforia entre algunos y una alerta
de precaución entre otros. A pesar de
declarar que la producción es “sostenible”, hay acusaciones que parecen tener
fundamento de que los permisos de aprovechamiento o han sido ignorados o han
sido violados, lo cual tiene que aclararse. Sencillamente la comparación de la
producción declarada con el número de plantas requeridas para tal producción
sería un punto de partida para saber la verdad de las acusaciones. El mero
hecho de que esté involucrada una empresa multinacional tan grande implica que
ambiciosas metas de producción y distribución tienen que cumplirse y eso pone
mucha presión sobre la planta, la gente y los ecosistemas. Sin no hay cambios importantes, las alianzas
comerciales como Noche Luna harán muy poco para favorecer un desarrollo
local sostenible y mucho para crear más riqueza para los más ricos mientras se
devastan áridas ecosistemas ya estresadas y se saquean las tradiciones que
forman el corazón de Chihuahua. ¿Será “anticuado” o “radical”, pensar que
quienes se han dedicado la vida a producir el sotol son quienes deberían
disfrutar de los mayores beneficios de su trabajo?
Javier Piñón “tumba” un sotol de la
tierra en Ejido Chorreras, 2025. D.R. David Lauer.
Las implicaciones del modelo económico actual son profundamente
problemáticas. Por ejemplo, para estimular las exportaciones, el gobierno mexicano
ofrece enormes reducciones en los impuestos para quienes venden bebidas
espirituosas en el mercado global a la vez que aplican onerosos impuestos a los
pequeños productores que hacen sotol artesanal para el mercado local. Ahora que el gobierno estatal piensa que la
vaca está gorda, también quiere obligar a los pequeños productores a pagar
costosos permisos sin decir en qué les va a beneficiar. Estas políticas
benefician a las grandes empresas, aumentan aún más la presión sobre la planta,
dañan todas las manifestaciones de la diversidad y amenazan con orillar a la
extinción a los maestros que tienen el conocimiento y el compromiso. Como se
está viendo en todas partes del mundo, la producción para el mercado de
exportación no beneficia en realidad al bienestar local.
Nuestra experiencia con la globalización ha mostrado que las pequeñas redes
económicas de producción local son más resilentes y benefician más al bien
común que la vasta e impersonal red corporativa que nos pretende controlar.
Fomentar la conexión con el paisaje de uno forja gente que lo nutren en
beneficio de todos. Pequeñas economías
mantienen a la gente en su terruño y promueven la diversidad. El cambio climático es otro tema que la
producción sotolera tiene que enfrentar.
A mi parecer, el sotol no debe de exportarse hasta que exista una
producción verdaderamente sostenible con efectivos métodos de reforestación y
una re-estructuración de la política tributaria. Hasta ese momento, quienes
vengan a México puedan conocer y saborear esta bebida única y maravillosa y
llevarse un par de botellas de regreso a compartir con sus amistades.
Salvador Derma acarrea el sotol cortado
en el Ejido Chorreras, 2025. D.R. David Lauer.
Los programas centralizados de reforestación han promovido pocas variedades
de la planta y los han sembrado masivamente en zonas donde no necesariamente
prosperan. Por ejemplo, Noche Luna dice
que ellos han sembrado 850,000 ejemplares.
Si es verdad, ¿cuántos sobrevivieron? Según la Dra. Faridy Bujaídar, una
de las pocas personas que cuenta con un doctorado relacionado con la producción
del sotol, los programas de reforestación y monitoreo no están funcionando
porque la reforestación, si es que se hace, no utiliza las variedades adecuadas
para cada región y los consejos locales encargados con el monitoreo de la
producción de sus miembros no mantienen una documentación precisa. Esta supuesta ineficiencia permite que los
usuarios excedan los límites permitidos de cosecha, perjudicando gravemente la
planta, convirtiendo a los consejos en cómplices del saqueo. Además, se instaura una dinámica que obliga a
los productores a participar en estas omisiones si quieren ser competitivos en
el mercado.
La Dra. Bujaídar apoya la idea de la micro reforestación
porque la gente local sabe cómo juntar la semilla de todas las variedades de un
ecosistema, sembrar y generar las condiciones propicias para su supervivencia.
Generar fuentes de trabajo entre la gente que comprende los usos y valores de
las plantas reafirma y valora su conocimiento y, finalmente, favorece la
conservación de la diversidad. Por
ejemplo, el sotol en regiones donde llueve más que en el desierto sabe
diferente porque el sotol produce azucares como una respuesta al estrés, por lo
que el sotol del desierto suele tener un sabor más dulce que el de la montaña.
Más lluvia significa menos estrés, entonces el sotol tendrá notas más amargas y
el maestro local puede agregar algunas variedades de maguey para endulzar la
tanda. Con la micro reforestación, ese
conocimiento se aplica desde el principio del proceso.
Salvador Derma en la cosecha del sotol,
Ejido Chorreras, 2025. D.R. David Lauer.
Algunos maestros añejan el sotol en barricas de madera y
otros experimentan con técnicas como destilarlo con diferentes carnes como de
res, de venado o de borrego, logrando sabores más sutiles y complejos que
tardan más tiempo en el paladar sin alterar el sabor esencial. La moda sotolera ha engendrado la mixología
con muchas recetas lo cual, para mi gusto, no hace más que diluir un buen sotol
o disfrazar mezclas inferiores con un abanico de sabores que confunden el
paladar. Como un buen whiskey de malta, el
sotol artesanal es potente y es algo a disfrutar lentamente, besito por besito.
Un espíritu es la esencia de algo que nunca debe de
traicionarse. El sotol resguarda una
esencia que yo valoro. Fuerte y reconfortante a la vez, profundo y accidentado
como los cerros donde crece, es directo, sencillo y generoso como la gente que
sabe extraer de él un mundo de sabores.
Salvador Derma, José Derma y Javier Piñón y frente a la
vinata en Ejido Chorreras, 2025.
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